puerto
de buenos aires - darsena norte- 26 de noviembre - 2005, 20.30
hs.
edición: -
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banco
de niebla
juliana rosales
La narrativa viene después
del (re)descubrimiento del lugar a través del plano, mas
que la exploración del lugar a fin de crear ese mapa.
Brett Stalbaum
Últimamente
se ha venido discutiendo la hipótesis que si los grandes
grupos de datos son un espacio nuevo para construir lo que llamamos
“obra” y si en sí misma esa construcción
es un espacio ilimitado donde el tiempo y el lugar se resignifican.
Las preguntas bien formuladas acerca de este tipo de espacios
no existen, pero el problema de los grandes grupos de datos es
en realidad, uno de los problemas más provocativos e inexplorados
que tiene la humanidad. Nuestra habilidad para recoger datos sobrepasa
nuestra habilidad para procesarlos.
Este
problema de grandes grupos de datos es metafóricamente
similar a la situación que enfrentaron los primeros exploradores
del continente norteamericano que llegaron hace cerca de 20.000
años. En el momento de comenzar la exploración de
un nuevo territorio, la vastedad y las faltas de certezas acerca
del espacio que iban a habitar excedían su capacidad de
hacer predicciones o entender las potencialidades y circunstancias
del lugar. Los análisis de las relaciones de datos son
metafóricamente similares a explorar un territorio desconocido.
A medida que lo enfrentamos, lo atravesamos y mapeamos sin que
tener claro hacia donde se vamos, o un claro concepto de lo que
encontraremos. De pronto en el siglo XXI una clase de exploraciones
románticas se vuelven relevante, al coleccionar más
datos de los que podemos digerir algorítmicamente.
La
sobrecarga de la red de data es tan enorme que la información
exige otros caminos de decodificación. El azar, lo intuitivo,
se transforman en herramientas del conocimiento y sabotean las
puertas traseras de los programas de Microsoft. Sistemas abiertos
como Linux permiten una exploración colectiva cuyo rumbo
no tiene un control corporativo. Estas consideraciones no surgen
exclusivamente a la red, sino también de posibilidades
en otros campos, por ejemplo que a partir del genoma humano se
haga arte, o de los datos de las estaciones metereológicas
como disparador estratégico para construir un espacio donde
conviva el arte y la metáfora. En el campo de la arquitectura,
grupos como NOX en Holanda en conforman el grupo de viviendas
“Off the road” a partir de las vibraciones y sonido
provocados por una autopista adyacente. Se descontextualiza el
origen de la información interpretándola como un
sistema que desencadena nuevos vehículos.
¿Porqué
Banco de Niebla?, porque al desdibujar los límites se expanden
las lecturas abriéndose un abanico de posibilidades, ya
no determinismo de “pertenencia”a un campo, sino que
en esa zona sin límites definidos surge una zona de tolerancia
donde coexisten y desaparecen alternativamente las diferentes
disciplinas.
En
el caso de la imagen fotográfica, podemos relacionar la
imagen con un código numérico, permitiendo su manipulación.
La interpretación de los datos abre la posibilidad al descubrimiento
de lecturas inesperadas. Los límites o bordes de una disciplina
pueden producir estímulos productivos para la práctica
artística. Es en el testeo de estos límites y en
la verificación de la propia especificidad que el espacio
y sus relaciones toman formas inesperadas, mutan, se redefinen
y desdibujan. Los códigos implícitos en cada disciplina
se reordenan y combinan, inventando o descubriendo nuevas miradas.
Podemos traducir una imagen conocida a sonidos, y a partir de
all,í este sonido ser interpretado desde otra disciplina.
La imagen es transformada en una serie de trozos de información
donde lo importante es su concatenación. Esa relación
puede ser leída textual o interpretada metafóricamente.
La
lectura de las fotos satelitales permite conocer características
del territorio que permanecen invisibles al ojo humano. Los colores
que reproducen son alterados a fin de poder leer la temperatura,
la densidad, la composición física y química
de lo fotografiado. La imagen satelital fotográfica no es
la imagen que nuestro cerebro registraría. Si traducimos
esa imagen como un banco de datos resignificando la información
allí almacenada, surge un nuevo paisaje, en el que elementos
objetivos y subjetivos se realinean, en que la extrañeza
es provocada por una inversión de las reglas habituales.
Los
límites o bordes de una disciplina pueden producir estímulos
productivos para la práctica artística, y esto es
válido en los dos sentidos. Es entonces que los códigos
implícitos en cada disciplina se reordenan y combinan,
los datos del contexto construido son entonces además de
una herramienta, el lugar para explorar y exponer situaciones
no observadas.
Desde
el campo del arte, artistas dan una mirada conciente o no hacia
el campo la arquitectura, hacia los mecanismos de creación
y percepción del espacio, y a su resultado, la ciudad.
Diferentes artistas que utilizan medios, como el sonido, la escultura,
el dibujo, la instalación, la performance, el video, etc.;
hacen evidente la fluidez de las trayectorias posibles entre las
disciplinas. Esta operación se realiza en diferentes escalas:
desde la más doméstica, en que lo íntimo
y privado son un tema recurrente, hasta la escala del territorio.
Aquí las redes de recorridos, el registro de actividades,
acciones y performances a través de la ciudad o en un marco
físico inusual, develan o construyen una geografía
alternativa.
Hay
que esperar para ver como el bombardeo de datos se resuelve en
si mismo y si realmente va a cambiar la forma en la que percibimos
el arte hoy, y si se denominará arte a esta expresión
simbólica. La interacción del paisaje como generador
de datos con el mundo del arte nos lleva a un nuevo paisaje, cuyas
señales modifican nuestra percepción de la realidad.
La cuestión no es que tipo de espacio es, sino que el proceso
de recoger datos que exceden nuestras posibilidades y conocimientos
genera en sí mismo un nuevo conocimiento.
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Una versión previa de este texto figura en:
Revista Arte: 06, Julio 2004, nº 7, pag. 56-57. Montevideo,
Uruguay
Autores: Fernando López Lage- Juliana Rosales.
The landscape and Culture - Brett Stalbaum
Database Logic(s) and Landscape Art - Brett Stalbaum (Grupo C5)
Arte y Arquitectura: nuevas afinidades, Julia-Schulz-Dornburg
(2000)
juliana rosales
Arquitecta,
Universidad de la República, Uruguay.
Master Architect, Southern California Institute of Architecture,
Los Angeles, California.
Actualmente Profesor Adjunto grado 3 Taller de Anteproyecto de
la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República.
Trabaja en el arte contemporáneo con énfasis en
lo digital: instalaciones, video, sonido. Ha realizado trabajos
curatoriales, es miembro del consejo editorial y fundadora de
la revista Arte:, y del fac (fundación de arte contemporáneo).
Banco de Niebla, LAB: 04: ARTE Y ARQUITECTURA (curadora)Centro
Cultural de España, Montevideo. Exhibiciones: Ars Electrónica,
Linz, Austria (participación)
VideoFormes, Clermont Ferrand, Francia, Interfases IV, Goethe-Institut,
Montevideo.Bienal de Video, Santiago de Chile, Perfiles urbanos
/Arte En Progresión, Centro Cultural General San Martín,
Buenos Aires. ESTUDIO RANDALL STOUT, Los Angeles, California.Oficinas
y espacio de exhibición para TELEOS Kraftwerk Kirchlengern,
Alemania Asociado con: Archimedes, GMBH, Alemania.Virginia Museum
of Fine Arts, Virginia USA Diseño Paisajístico e
Implantación.